lunes, 4 de octubre de 2010

'A MODIÑO'



"Si tuviese que traducir vuestro documental al gallego, tarea harto difícil dado el copioso diálogo existente, lo titularía “A modiño”. “A modiño” no significa sólo ‘despacio’ ‘lentamente’ sino también ‘con cuidado’ ‘con atención’, ‘con mimo’, pues Despacio es una caricia sin prisas.

Las imágenes son hermosas, demoradas; rodadas para ser saboreadas como cuando éramos niños y estábamos en posesión del último trozo de un postre casero que los demás ya habían engullido y nos regodeábamos en mantenerlo en el paladar consciente de que para ellos ya era memoria, reciente sí, pero inaprensible, y nosotros saboreando y saboreando.

Los sonidos, los sonidos de la naturaleza...Ernesto Cardenal publicó un libro titulado Antología de la poesía primitiva en el que recoge más de un centenar de textos de los Apaches, los Cunas, los Congo, los Guajiro, los Yorubas y otros muchos pueblos de los llamados primitivos, “los más futuros de todos”, según la acertada definición de Eduardo Galeano. Uno de esos poemas dice:

“Menos tonos tiene un sapo
y canta toda la noche.”

En vuestro documental hasta las ranas suenan bien, los cortes de las tijeras suenan bien, la recogida de la mies, suena bien, la vida suena bien e incluso los artificios suenan bien. Digo que los artificios suenan bien porque es elegante romper con el fraude (con F de Fake) de que se filma la verdad, se filma verdad, se filma con verdad, se filma de verdad. Si se filma una verdad sólo puede ser como diálogo, por eso son tan interesantes esas aparentemente irregulares preguntas de los filmados al cámara. Es posible que los puristas las eliminasen pero es evidente que por más “naturalistas” que quisiesen ser, el medio, el medio audiovisual, es una inferencia cuando no una interferencia; ya Heinsenberg nos advertía en su célebre principio que nos podemos estar seguros de que nuestra presencia (o la del instrumento) no distorsione la realidad hasta el punto de transformarla radicalmente.

Vuestro documental es un acto contemplativo, una meditación. La meditación decía Unamuno es “hacer pensar al sentimiento y sentir al pensamiento”. Creo que Despacio es, al tiempo, una idea que se encarna en pálpito, una emoción que circula por un armonioso cauce reflexivo.

Claro que es preciso señalar algún defecto porque no me parece correcto que os vayáis “de rositas” sin recibir la pertinente –sobre todo por venir de un curioso impertinente– amonestación. No me gusta como desfiláis, camináis con inexistente naturalidad, se nota que los paisanos son de verdad y vosotros de atrezo. Por otro lado sospecho, por el uniforme de los escolares –el cámara debería dejar de ruborizar a las colegialas–, que estáis publicitando un colegio privado en un tiempo en el que la enseñanza pública necesita de tanto apoyo."


Salvador Castro

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